viernes, 7 de junio de 2013

A tu lado

Hoy estoy enfermita y me siento hasta las manos.  Solo quisiera estar acurrucada entre tus brazos. Quisiera que cuides de mí.

También quiero cuidar de ti.  La próxima semana estaré a tu lado y te acompañaré y te cuidaré.

Te amo y cuidaremos siempre el uno del otro.

miércoles, 5 de junio de 2013

Las Intermitencias de la muerte

Hace unos días terminé de leer un libro de José Saramago llamado Las intermitencias de la muerte y el final fue algo que me conmovió.
 
 
 
La muerte (con minúscula a propia indicación de ella) termina por enamorarse de aquel que rompía con todas las reglas y marcas del destino y lo que debía y estaba destinado a ocurrir, aquel hombre que nunca recibía la carta morada.  Un violonchelista solitario que logró que la muerte tome forma humana y se acercara a él y pasó lo más increíble: amó.
 
En el momento en que la muerte se enamora de él se vuelve humana y así me siento yo por enamorarme de ti.  Siento todas las emociones y hasta me animo a desafiar a la propia muerte en nombre del amor.

Love of my life

Estoy acurrucada entre tus brazos, oliéndote, me quedo dormida y cuando tengo una pesadilla, me despierto segura entre tus brazos que me sujetan y me recuerdas que estás tú ahí.
 
Me pongo a pensar y veo lo que somos: una pareja que, aunque ha tenido sus malos momentos, es fuerte.  Nos conocemos desde hace algunos años, no muchos, pero algunos.  Si antes no estuvimos juntos, quizá no era el momento, pero el tiempo, la vida y sabrá Dios qué más nos juntó y estamos aquí, ahora, juntos.  Somos nuestro apoyo y nuestra propia fuerza.
 
Quiero un futuro contigo, quiero una vida contigo, quiero llegar a casa y decirte "Hola gordo, qué tal tu día" y luego irnos a dormir a nuestra cama.  Quiero que tengamos una familia y una vida juntos.
 
Creo, estoy bastante segura de que has resultado ser el amor de mi vida.  ¿Será que te encontré? ¿Serás la persona que estaba esperando?  Yo creo que sí.


Mi amor.

domingo, 2 de junio de 2013

Je suis à toi

Soy tuya.  Soy tu mujer, tu amante, tu amiga, tu perra, tu pertenencia, tu mejor amiga, tu confidente, tu apoyo, tu fuerza.  Me cuidarás como uno de tus objetos más preciados. Como mi dueño te debo obediencia, por lo que debo de hacer lo que me digas, cuando me digas, como me lo digas.

Me encargaré también de ti.  Me encargo de protegerte, cuidarte y complacerte.

Además seré muy fuerte para enfrentar a la vida y vivirla junto a ti apoyándote y dándote fuerza en cada momento.

Sin embargo, también seré sumisa y responderé únicamente a tus órdenes. 
Eres mi dueño.

Te amo.


domingo, 19 de mayo de 2013

I love my song


Te conocí, viendo pasar trenes que nunca regresaban...

Te conocí hace ya más de 5 años y, aunque tú creas absolutamente todo lo contrario, me gustaste desde que te vi.  Aseguras que te traté con desprecio y de mala gana, te ignoré y hasta te miré sobre el hombro, pero no notaste jamás que cuando te miraba observaba tu pelo, tus piernas, tu mirada...  Al creer que estabas casado hice todo para que no supieras que me había fijado en ti cada vez que pasabas por la puerta, por recepción y a mi lado.  

Ese día que fuiste a la oficina, un sábado por la mañana, yo aún estaba alcoholizada por la noche anterior, pero no notaste que me acerqué a donde estabas tú conversando y me uní a la conversación.  No notaste que cada vez que tenía la oportunidad te llamaba y cuando me enteré que no estabas casado, sentí esa pequeña emoción que no supe disimular, pero creo que tampoco fue TAN evidente.

Comenzamos a andar juntos y a hablar y siempre estuviste ahí.  Siempre me has hecho reír incluso a carcajada limpia, aunque estuviera en la oficina.  Conversando por el msn un día lograste que me esconda bajo el escritorio porque no aguantaba la risa.  Estaba enamorándome de ti perdidamente.  Conversábamos de todo, y creo que lo seguimos haciendo, y lo hacíamos por horas.

Esa noche en que salimos a tomar terminé ebria y cuando regresabas de la barra, de pagar, creo, me planté frente a ti con la excusa de que iba a pagar y me quedé mirándote con unas ganas locas de besarte; pero no me atreví.  Afuera del bar, en el carro te dije "malo" porque quería que me besaras y no lo hiciste.

Lo mejor fue esa noche en que hablamos por Nextel hasta las 4 de la mañana y te pregunté: ¿Por qué eres tan bueno conmigo? y creo que fue ahí que nos atrevimos a hablar de los sentimientos que teníamos.  Ese día fue uno de los más largos en la oficina, no podía esperar que diera la hora de salida para poder ir a encontrarte, para poder decirnos todo lo que sentíamos frente a frente y terminamos en el mismo Starbucks de siempre, donde pasamos tantas, tantísimas horas conversando de todo. 

Cuando por fin nos besamos, me sentí en las nubes.  No quería separar mis labios de los tuyos y aún hoy siento que no quiero desprenderme de tu cuello y de tus labios.